I Encuentro Internacional Carta de la Tierra

 

 Para que respeten la Tierra, cuéntales que la Tierra contiene las almas de nuestros antepasados.

Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros enseñamos a los nuestros: que la Tierra es nuestra madre.

Lo que acontece a la Tierra, le acontece tambien a los hijos de la Tierra.

Cuando los hombres escupen a la Tierra, están escupiendo a si mismos.

Pues nosotros sabemos que la Tierra no pertenece a los hombres,que los hombres pertenecen a la Tierra....."

 

(Mensaje del Gran Jefe Seattle al Presidente de los EEUU. 1855)

 

 

“Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una

nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar

la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz

y por la alegre celebración de la vida”

 

 

INTRODUCCIÓN

Al comenzar a realizar el proyecto, la primera pregunta que surge es ¿qué es la carta de la Tierra? ¿alguien lo sabe?... Supongo que al igual que yo, hay muchas personas que no conocían que este documento existía.

La Carta de la Tierra es una declaración de principios fundamentales que tiene el propósito de formar una sociedad justa, sustentable y pacífica en el siglo XXI. Busca inspirar en los pueblos un nuevo sentido de interdependencia y responsabilidad compartida para el bien de la humanidad y las demás especies que habitan la Tierra. Es una expresión de esperanza así como un llamado de ayuda para crear una sociedad global en un momento crítico en la historia.

La visión ética inclusiva del documento reconoce que la protección ambiental, los derechos humanos, el desarrollo humano sustentable y la paz son interdependientes e indivisibles. Provee un nuevo marco de trabajo para pensar y referirse a estos temas. El resultado en una concepción fresca y amplia de lo que significan comunidad sustentable y desarrollo sustentable.
La Carta de la Tierra es importante porque estamos en un momento en donde se necesitan cambios con respecto a cómo pensamos y vivimos, la Carta de la Tierra nos reta a pensar acerca de nuestros valores y elegir un mejor camino. Nos hace un llamado para que busquemos un terreno común en medio de nuestra diversidad y para que acojamos una nueva visión ética que está siendo compartida por una cantidad creciente de personas en muchas naciones y cultura alrededor del mundo.

Conociendo sobre qué trata la Carta de la Tierra si profundizamos más aún encontramos preguntas como:


- ¿Cuál es el origen y la historia de la Carta de la Tierra?


En 1987, la Comisión Mundial para el Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas hizo un llamado para la creación de una carta que tuviera los principios fundamentales para el desarrollo sostenible. La redacción de la Carta de la Tierra fue uno de los asuntos inconclusos de la Cumbre de la Tierra de Río en 1992. En 1994 Maurice Strong, Secretario General de la Cumbre de la Tierra y Presidente del Consejo de la Tierra y Mikhail Gorbachev, Presidente de Cruz Verde Internacional, lanzaron una nueva iniciativa de la Carta de la Tierra con el apoyo del Gobierno de los Países Bajos. La Comisión de la Carta de la Tierra se formó en 1997 para supervisar el proyecto y se estableció la Secretaría de la Carta de la Tierra en el Consejo de la Tierra en Costa Rica.


- ¿Por medio de cuál proceso fue creada la Carta de la Tierra?


La Carta de la Tierra es el resultado de un proceso de concertación intercultural de más de una década que se llevo a cabo a nivel mundial. La redacción de la Carta de la Tierra ha involucrado el proceso de consulta más abierto y participativo que se haya conducido en conexión con un documento internacional. Miles de individuos y cientos de organizaciones de todas las regiones del mundo, diferentes culturas y diversos sectores de la sociedad han participado. La Carta fue moldeada tanto por expertos como por representantes de las comunidades de base. Es un tratado de los pueblos que establece una serie de esperanzas y aspiraciones importantes de la sociedad global emergente.

 

- ¿Quién escribió la Carta de la Tierra?


A principios de 1997 la Comisión de la Carta de la Tierra formó un comité redactor internacional. El Comité Redactor ayudó a conducir el proceso internacional de consulta. La evolución y desarrollo del documento refleja el proceso de un diálogo mundial acerca de la Carta de la Tierra. Comenzando con el Borrador de Referencia el cual fue editado por la Comisión inmediatamente después del Foro de Río + 5 en Río de Janeiro, los borradores de la Carta de la Tierra fueron circulados internacionalmente como parte del progreso de consulta. La versión final de la Carta fue aprobada por la Comisión en la reunión celebrada en las oficinas centrales de UNESCO en París en marzo de 2000.


- ¿Cuál es la misión de la Iniciativa de la Carta de la Tierra?


Con el lanzamiento oficial de la Carta de la Tierra en el Palacio de la Paz en La Haya el 29 de junio del 2000, se inició una nueva fase para la Iniciativa. La misión de la Iniciativa de ahora en adelante es establecer una base ética sólida para la sociedad global emergente y ayudar a crear un mundo sustentable basado en el respeto a la naturaleza, derechos humanos universales, justicia económica y una cultura de paz.

 


HACIA UN MODELO ECONÓMICO SOSTENIBLE

D. José Antonio Carbonell. Director  Territorial de Andalucía de Triodos Bank

Viernes, 1 de abril de 2011

La ponencia analiza el modelo económico actual, así como los modelos de organización y la sociedad de consumo. D. José Antonio Carbonell afirma que el modelo económico actual no es sostenible, ni posibilita el desarrollo del planeta tierra. Se pregunta cómo es posible que una sociedad que ha alcanzado el mayor nivel de riqueza que cualquier otro momento de la historia no haya sido capaz de erradicar la pobreza extrema. En su opinión, esto no es debido a una falta de recursos, sino más bien es una cuestión de prioridades que pone de manifiesto la supremacía de una economía sustentada en el egoísmo y falta de integridad. Propone, pues, un cambio de conciencia y hábitos sociales que nos lleven a cuestionar cómo vimos en el mundo y apela a la capacidad de elegir del individuo y su poder para promover el cambio.

 

La pregunta central en torno a la cual gira la ponencia es esta: ¿es posible otro modelo económico en el que el centro sea al ser humano?, ¿en el que lo más importante sea ser más, no tener más?  El conferenciante sugiere dar el salto entre lo que hacemos y lo que somos capaces de hacer, realizando un llamamiento a la sociedad civil y al desarrollo de una nueva conciencia ética desde la que superar el egoísmo y desarrollar la fraternidad.

 

El ponente considera que, en este sentido, son las personas con sus formas de pensar y actuar las que perpetúan el sistema económico y que, en consecuencia, los bancos sólo reproducen el tipo de sociedad, por lo que apela a la necesidad de incrementar la responsabilidad social de los ciudadanos y propone tres preguntas: ¿qué, por qué y dónde comprar?

 

Respecto a la primera pregunta, sugiere consumir productos ecológicos, de temporada, no vinculados a la explotación infantil o al ejercicio de la violencia en los animales y bonificados con un salario digno. En relación a la segunda pregunta ¿por qué comprar?, considera que, aunque vivimos en una sociedad consumista, debemos ser responsable en nuestros hábitos  de consumo, lo que implica comprar sólo lo necesario. Y, finalmente, respecto a dónde comprar, propone adquirir los productos en tiendas de comercio justo, donde el precio no es el único criterio, sino que se contemple los costes ambientales, la mano de obra, los costes y el proceso de producción, de manera que se garantice que la relación entre los beneficios de los productores, intermediarios y vendedores sean más equilibradas.

 

Un cambio en los hábitos de las personas que les lleven a pedir cuentas al banco del uso que las instituciones bancarias van a hacer de su dinero, llevaría a los bancos a unas prácticas más transparentes y a no financiar empresas que van en contra de los valores éticos. Esta forma de actuar haría posible un mayor apoyo a las empresas éticas y una mayor impulso de la financiación de microcréditos para desarrollar o implantar actividades que mejores la calidad de vida en el planeta que es, precisamente, la finalidad de Triodos Bank.

-Unanimidad. La crisis económica la desencadenó una crisis de valores...

-La falta de ética, de valores, de escrúpulos, el todo vale, el beneficio a cualquier precio, la especulación... Y al estallar, la burbuja perjudicó a los más débiles.

-¿Se repetirá?

-Lo peor: no hemos aprendido esa lección. El modelo económico no ha cambiado. Si antes se especulaba con ladrillo, ahora se hace, por ejemplo, con alimentos de primera necesidad. No nos extrañemos de que aumente el hambre en los países pobres. Es fruto de una economía animal.

-¿La ética está reñida con la actividad bancaria?

-No debería. Es necesaria. La banca es poderosa porque posee dinero, nuestro dinero, que es que financia proyectos. Según el uso que se haga de él, la sociedad evolucionará en un sentido u otro. Si va hacia empresas que no contaminen, no habrá contaminación, así de simple. Nuestra fuerza, más que en el voto en unas elecciones, está en las decisiones económicas, a las que hay que incorporar conciencia, principios y valores.

-¿Qué tipo de proyectos financia Triodos?

-Trabajamos en tres áreas de negocio. Social, como centros de mayores o la cooperación para el desarrollo; medioambiental, con agricultura ecológica o energías renovables; y cultural, como educación, teatro, cine,...

-¿Y todo eso es viable?

-Sí, somos un banco. El cliente trae aquí el dinero para que financiemos ese tipo de proyectos, siempre que sean viables económicamente. Si alguien solicita un crédito, analizamos primero qué aporta su proyecto a la sociedad y si encaja con nuestra política de inversión. Y si lo aprobamos, deberá aportar las garantías exigidas por cualquier banco. Por otro lado, la transparencia, además, es vital para nosotros, y en nuestra página web están todos los préstamos que damos.

-El beneficio es el beneficio...

-Insisto, somos un banco con ánimo de lucro y con accionistas. Pero no todo vale para conseguir el beneficio, sino que se logra tras haber primero un beneficio para la sociedad. Eso sí, por el tipo de banca que hacemos, donde apenas cobramos comisiones y el interés no puede ser elevado por la modalidad de proyectos sociales que financiamos, nuestros beneficios no son comparables con los del resto de bancos. Nuestros accionistas son conscientes de que un 4% de ganancia es razonable, no pueden exigir el 20%.

    -¿Y os habéis encontrado situaciones en la que banqueros o clientes hayan dicho no creemos en Triodos?

-Sí, claro, al fin y al cabo lo que hacemos es revolucionario. Nos han llamado incluso el banco de los hippies. Triodos es un banco con 30 años de historia, no es un proyecto de marketing, no somos cuatro locos, sino una entidad ya consolidada.

-¿Sería bueno que hubiera muchos banqueros hippies?

-Sería ideal, también que surgieran más bancos como el nuestro, que otros muchos aplicaran los mismos criterios, porque la sociedad cambiaría muchísimo. La banca ética no es la panacea, no va a arreglar la crisis, aunque sí es un camino.


La Naturaleza en el : Aquí y Ahora

Dependemos de la Naturaleza no solo para la supervivencia física.También necesitamos a la naturaleza para que nos enseñe el camino a casa.El camino de salida de la prisión de nuestras mentes.
Nos hemos perdido en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar: estamos perdidos en un complejo laberinto, en un mundo de problemas.

 



Hemos olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales ya saben. Nos hemos olvidado de ser.De ser nosotros mismos, de estar en silencio, estar donde la vida está: Aquí y Ahora.
Llevar tu atención a una piedra, a un árbol o a un animal no significa pensar en ellos, sino percibirlos, darte cuenta de ellos.Entonces se te transmite algo de su esencia.Siente lo profundamente que descansa en el Ser, completamente unificado con lo que es y con donde está. Al darte cuenta de ello, tú también entras en un lugar de profundo reposo dentro de ti mismo.

Cuando camines o descanses en la naturaleza, honra ese reino permaneciendo allí plenamente.Serénate.Mira.Escucha.Observa como cada planta y animal son completamente ellos mismos.
A diferencia de los humanos, no están divididos en dos.No viven a través de imágenes mentales de sí mismos, y por eso no tienen que preocuparse de proteger y potenciar esas imágenes.

Todas las cosas naturales además de estar unificadas consigo mismas, están unificadas con la totalidad.No se han apartado del entramado de la totalidad, reclamando una existencia separada: “YO”, el gran creador de conflictos.Tú no creaste tu cuerpo, y tampoco eres capaz de controlar las funciones corporales.En tu cuerpo opera una inteligencia mayor que la mente humana.Es la misma inteligencia que lo sustenta todo en la naturaleza.Para acercarte al máximo a esa inteligencia, se consciente de tu propio campo energético interno, siente la vida, la presencia que anima el organismo.

Cuando percibes la naturaleza solo a través de la mente, del pensamiento, no puedes sentir su plenitud de vida, su ser. Solo ves la forma y no eres consciente de la vida que la anima, del misterio sagrado.
El pensamiento reduce a la naturaleza a un bien de consumo, a un medio de conseguir beneficios, conocimiento o algún otro propósito práctico.

 

 

Observa, siente un animal, una flor, un árbol y mira como descansan en el SER. Cada uno de ellos es él mismo. Tienen una enorme dignidad, inocencia, santidad.En el momento que miras más allá de las etiquetas mentales, sientes la dimensión inefable de la naturaleza, que no puede ser comprendida por el pensamiento. Es una armonía, una sacralidad, que además de compenetrar la totalidad de la naturaleza, también está dentro de ti.
El aire que respiras es natural como el propio proceso de respirar.Dirige la atención a tu respiración y date cuenta de que no eres quien respira.La respiración es natural.

 Conectar con la energía de las plantas

 

Usted sabía que el corazón de las orquídeas y los árboles se conecta con el universo y el ser humano. Y que el corazón piensa, recuerda, y se comunica con otros corazones, almacena la información que continuamente pulsa a través de todo lo que está vivo.

 

 

SIETE HÁBITOS PARA ESCUCHAR EL CORAZÓN
Según Paul Pearsall, con sus aportaciones personales, descubrimos siete formas de sintonizar con nuestro corazón:

Calmarse

Para sintonizarse con el corazón es necesario, bajar el ritmo, aquietarse, silenciarse y sentarse. No hay una postura correcta pero es importante estar en el momento presente. Pare de pensar y moverse, puede tomar varias respiraciones profundas y observar.

 

Aligerarse

     No se tome las cosas tan enserio, los pensamientos, circunstancias… que estén sucediendo en este momento también pasarán. Son  transitorias.

 

 

Callarse

 

Pare de hablar, incluso a usted mismo. Este es un paso difícil porque el cerebro constantemente está buscado el sustento y obtención de bienes materiales, peleando para proteger su territorio, moviéndose hacia alguna parte y pensando en alguna forma de placer intenso e inmediato. Trate de observar la actividad de su cerebro como un extraño.

 

Resonar

 

No se trata de preguntar o hablar con un ser superior sino más bien escuchar el poder que hay dentro de nuestro corazón que busca una conexión con todo lo creado que está vivo. Rezar es el deseo de conectar con lo absoluto.

 

 

 Sentir

 

Usted comparte la información en forma de energía desde sus células con todo lo creado en el cosmos. No trate de que todo el mundo alrededor suyo se sintonice con usted, más bien trate de sentir con sus cinco sentidos su conexión con los árboles, las flores, el agua o cualquier sistema vivo alrededor suyo.

 

Aprender

 

Trate de escuchar lo que su corazón le quiere enseñar sobre la vida, el amor y el trabajo. Trate de almacenar sus lecciones y recordarlas para momentos de estrés.

 

Conectarse

 

Trate de enviar la energía de su corazón a otros seres y estar abierto a otros corazones que le envíen su energía. Se puede sentir más completo y contribuir con la sanación del planeta.

 

Las investigaciones han demostrado que es posible que en este momento otros corazones nos estén enviando energía y que nos podemos volver más conscientes de la interdependencia e interrelación de todas las formas de vida como las orquídeas y los árboles.


El mundo es nuestro y hay que hacer algo interesante en nuestras vidas” Moncho Ferrer


Hoy me siento inspirada, ya que ayer viví experiencias distintas en mi vida... La primera, es que estuve en Granada para asistir a una mesa sobre el I Congreso de la Carta de la Tierra, donde pasé un rato increíble, asistí a una charla sobre la fundación Vicente Ferrer, que presentó su propio hijo Moncho Ferrer, en la que se explicó el trabajo que llevan realizando desde 1969 en Anantapur. “El mundo es nuestro y hay que hacer algo interesante en nuestras vidas”decía Moncho Ferrer el viernes en una de sus charlas en la Universidad de Granada refiriendose a la actuación de la organización y a la posible participacion de los ciudadanos en este projecto:”Todo el mundo es bienvenido, ya que toda la ayuda es necesaria”.

Nos contó la mala situación que estan viviendo los pueblos indigenas ante la presión del gobierno Indio para abandonar la selva, el hogar de sus antepasados y el suyo durante muchos años. Moncho Ferrer relataba como esta situación había dado lugar a que no pudieran integrarse con el resto de la población y tuvieran problemas con drogas o el alcohol.”No estan preparados” y “no son felices en este nuevo modo de vida” son las frases más repetidas por Moncho Ferrer que decia que la causa de este interés del Gobierno por sus tierras era adquirir la madera de sus árboles.

Vicente Ferrer trabajó incansablemente durante 40 años en Anantapur, especialmente con los dalis, “los intocables”. La Fundación Vicente Ferrer beneficia a casi tres millones de personas. Han construido cinco hospitales, clínicas rurales, miles de viviendas y en un par de años han plantado tres millones de árboles. La mujer y la ecología son temas muy sensibles a la Fundación Vicente Ferrer.

A Moncho Ferrer le preguntamos que había aprendido de su padre. Nos hablo de la espiritualidad que le ha transmitido, del trabajo hacia los demás en donde no existían los fines de semana ni las vacaciones y sobre todo de la frase: “Nada es imposible”.

  Tras dicha charla, asistí a otra conferencia sobre la educación en la que se explicaba un modelo de educación hacia los niños basado en la carta de la tierra.


Contacto

Projecto Ávalon Juvenil


Entrevista al Presidente del Congreso del Comité Organizador

1.¿Cómo nace la idea de organizar este encuentro y cuál es la finalidad o finalidades que se persiguen?

La idea nace como prolongación de un proyecto de innovación educativo que realiza un grupo de profesores de la facultad de ciencias de la educación y que se basó en las innovaciones metodológicas de la carta de la tierra.Al finalizar nos resultó interesante realizar un congreso para observar las acciones ya realizadas y al ver el  interés que la gente tenía ante la temática que se presentaba  acordamos una movilización.Los objetivos son conocer los usos educativos de la carta de la Tierra,Conocernos y encontrar e intercambiar opiniones del trabajo realizado, crear un espacio virtual en internet como expresión externa de esta red y sensibilizarnos con la visión y la espiritualidad acerca de la madre tierra.

2.¿Qué tipo de personas y profesionales han asistido a las mismas?

Han asistido educadores de distintos niveles:maestros, profesores de facultad y de otras universidades(Murcia,Ceuta,Costa Rica,Valencia ...)además de educadores que trabajan formando profesores, es decir, formador de formadores.También estuvieron los profesionales de la banca ética y personas que trabajan en grupos comunitarios aunque la mayoria han sido alumnos de nuestra facultad.

3.¿Podría  concretarme cuáles son las temáticas y experiencias más destacadas que se han presentado en este encuentro?

Cabe destacar la conferncia de Eagle Man sobre la espiritualidad nativa americana, la de Jose Antonio Carbonell hablando súlbre la banca Ética, Moncho Ferer, hijo de Vicente Ferrer, sobre el tema de coperación y desarrollo de la India.

Por último,después de la exposición de profesores y maestros  que han trabajado la carta de la tierra  en un ámbito escolar.También habría destacado los distintos talleres como "la casita ecológica". 

4.¿Cuál cree que es el impacto real del encuentro?

Creo que se han cumplido todos los objetivos a excepción de la creación de un espacio virtual donde podamos poner en común todo nuestro trabajo y podamos comentarlo qu deberá realizarse a largo plazo.

5.¿Cómo lo valoraría usted?

Muy positivo ,ya que ha sido una oportunidad para que mucha gente conzca lo que se esta haciendo según la perspectiva educativa de la carta de la tierra.

6.¿Qué crees que ha significado para las personas que han asistido?

Es dificil saber lo que se lleva cada uno pero creo poder decir que se ha abierto la puerta para para pensar educativamente en la carta de la tierra y es que este documento no es desconocido y que en adelante,en el espacio virtual de internet,se construya una red  de personas y instituciones que esten sensibilizados con esta visión.

7.¿Se han planteado establecer estos encuentros con carácter sistemático?

Lo único que tenemos claro es que es el primero pero no el último.Nuestros esfuerzos se centran ahora en una visión más internacional en un congreso mundial en educación y democracia en la que se incluira un día para la Carta de Tierra.

 

 

 


El pajarillo de piedra

 

 Hubo una vez un pájaro de piedra. Era una criatura bella y mágica que vivía a la entrada de un precioso bosque entre dos montañas. Aunque era tan pesado que se veía obligado a caminar sobre el suelo, el pajarillo disfrutaba de sus árboles día tras día, soñando con poder llegar a volar y saborear aquel tranquilo y bello paisaje desde las alturas.
Pero todo aquello desapareció con el gran incendio. Los árboles quedaron reducidos a troncos y cenizas, y cuantos animales y plantas vivían allí desaparecieron. El pajarillo de piedra fue el único capaz de resistir el fuego, pero cuando todo hubo acabado y vio aquel desolador paisaje, la pena y la tristeza se adueñaron de su espíritu de tal modo que no pudo dejar de llorar.
Lloró y lloró durante horas y días, y con tanto sentimiento, que las lágrimas fueron consumiendo su piedra, y todo él desapareció para quedar convertido en un charquito de agua.

Pero con la salida del sol, el agua de aquellas lágrimas se evaporó y subió al cielo, transformando al triste pajarillo de piedra en una pequeña y feliz nubecita capaz de sobrevolar los árboles.
Desde entonces la nube pasea por el cielo disfrutando de todos los bosques de la tierra, y recordando lo que aquel incendio provocó en su querido hogar, acude siempre atenta con su lluvia allá donde algún árbol esté ardiendo.


El jardín natural

Hubo una vez un rey que tenía un gran palacio cuyos jardines eran realmente maravillosos. Allí vivían miles de animales de cientos de especies distintas, de gran variedad y colorido, que convertían aquel lugar en una especie de paraíso del que todos disfrutaban.

Sólo una cosa en aquellos jardines disgustaba al rey: prácticamente en el centro del lugar se veían los restos de lo que siglos atrás habia sido un inmenso árbol, pero que ahora lucía apagado y casi seco, restando brillantez y color al conjunto. Tanto le molestaba, que finalmente ordenó cortarlo y sustituirlo por un precioso juego de fuentes.

Algún tiempo después, un astuto noble estuvo visitando al rey en su palacio. Y en un momento le dijo disimuladamente al oido:

- Majestad, sois el más astuto de los hombres. En todas partes se oye hablar de la belleza de estos jardines y la multitud de animales que los recorren. Pero en el tiempo que llevo aquí, apenas he podido ver otra cosa que no fuera esta fuente y unos pocos pajarillos... ¡Qué gran engaño!

El rey, que nunca pretendió engañar a nadie, descubrió con horror que era verdad lo que decía el noble. Llevaban tantos meses admirando las fuentes, que no se habían dado cuenta de que apenas quedaban unos pocos animales. Sin perder un segundo, mandó llamar a los expertos y sabios de la corte. El rey tuvo que escuchar muchas mentiras, inventos y suposiciones, pero nada que pudiera explicar lo sucedido. Ni siquiera la gran recompensa que ofreció el rey permitió recuperar el esplendor de los jardines reales.

Muchos años después, una joven se presentó ante el rey asegurando que podría explicar lo sucedido y recuperar los animales.

- Lo que pasó con su jardín es que no tenía suficientes excrementos, majestad. Sobre todo de polilla.

Todos los presentes rieron el chiste de la joven. Los guardias se disponían a expulsarla cuando el rey se lo impidió.

- Quiero escuchar la historia. De las mil mentiras que he oido, ninguna había empezado así.

La joven siguió muy seria, y comenzó a explicar cómo los grandes animales de aquellos jardines se alimentaban principalmente de pequeños pájaros de vivos colores, que debían su aspecto a su comida, compuesta por unos coloridos gusanos a su vez se alimentaban de varias especies rarísimas de plantas y flores que sólo podían crecer en aquel lugar del mundo, siempre que hubiera suficiente excremento de polillas... y así siguió contando cómo las polillas también eran la base de la comida de muchos otros pájaros, cuyos excrementos hacían surgir nuevas especies de plantas que alimentaban otros insectos y animales, que a su vez eran vitales para la existencia de otras especies... Y hubiera seguido hablando sin parar, si el rey no hubiera gritado.

- ¡Basta! ¿Y se puede saber cómo sabes tú todas esas cosas, siendo tan joven?- preguntó.

- Pues porque ahora todo ese jardín ahora está en mi casa. Antes de haber nacido yo, mi padre recuperó aquel viejo árbol arrancado del centro de los jardines reales y lo plantó en su jardín. Desde entonces, cada primavera, de aquel árbol surgen miles y miles de polillas. Con el tiempo, las polillas atrajeron los pájaros, y surgieron nuevas plantas y árboles, que fueron comida de otros animales, que a su vez lo fueron de otros... Y ahora, la antigua casa de mi padre está llena de vida y color. Todo fue por las polillas del gran árbol.

- ¡Excelente! -exclamó el rey-. Ahora podré recuperar mis jardines. Y a tí, te haré rica. Asegúrate de que dentro de una semana todo esté listo. Utiliza tantos hombres como necesites.

- Me temo que no podrá ser majestad- dijo la joven-. Si queréis, puedo intentar volver a recrear los jardines, pero no viviréis para verlo. Hacen falta muchísimos años para recuperar el equilibrio natural. Con mucha suerte, cuando yo sea anciana podría estar listo. Esas cosas no dependen de cuántos hombres trabajen en ellas.

El rostro del anciano rey se quedó triste y pensativo, comprendiendo lo delicado que es el equilibrio de la naturaleza, y lo imprudente que fue al romperlo tan alegremente. Pero amaba tanto aquellos jardines y aquellos animales, que decidió construir un inmenso palacio junto a las tierras de la joven. Y con miles de hombres trabajando en la obra, pudo verla terminada en muchísimo menos tiempo del que hubiera sido necesario para reestablecer el equilibrio natural de aquellos jardines en cualquier otro lugar.


La Fuente Gris

Había una vez un niño que paseando por un bosque creyó escuchar una triste lamento, como si lloraran cantando. Siguiendo el ruido llegó hasta una gran fuente circular, misteriosa y gris. De su estanque parecía surgir aquel sollozo constante; y al asomarse, entre las sucias aguas de la fuente no vió más que un grupo de grises peces girando en círculo lentamente, de cuyas bocas surgía un sollozo con cada vuelta al estanque.
Divertido por la situación, el niño trató de atrapar uno de aquellos increíbles peces parlantes, pero al meter la mano en el agua, se volvió gris hasta el codo, y una enorme tristeza le invadió, al tiempo que comprendió enseguida la tristeza de aquellos peces: sentía lo mismo que sentía la tierra, y se sentía sucio y contaminado.
Sacó la mano del agua rápidamente, y se fue corriendo de allí. Pero aquella mano siguió gris, y el niño siguió sintiéndose triste.
Probó muchas cosas para alegrarse, pero nada funcionaba, hasta que se dió cuenta de que sólo devolviendo la alegría a la tierra podría él estar alegre. Desde entonces se dedicó a cuidar del campo, de las plantas, de la limpieza del agua, y se esforzaba porque todos obraran igual. Y tuvo tanto éxito, que su mano fue recobrando el color, y cuando el gris desapareció completamente, y volvió a sentirse alegre, se atrevió a volver a ver la fuente. Y desde lejos pudo oír los alegres cánticos de los peces de colores, que saltaban y bailaban en las cristalinas aguas de aquella fuente mágica. Y así supo que la tierra volvía a estar alegre, y él mismo se sintió de verdad alegre.


Nómadas modernos

Un día cualquiera, la clase de don Ernesto transcurría normalmente mientras explicaba a sus alumnos la historia del hombre. Les contaba que en un principio los hombres fueron nómadas, que no vivían en un lugar fijo porque iban de un lado a otro buscando la comida donde estaba, y cuando se acababa, se marchaban a otro lugar. Les contó cómo el invento de la agricultura y la ganadería fue algo excepcional, porque al aprender a cuidar la tierra y los animales, el hombre pudo tener comida siempre, de mejor calidad, y además vivir en un sitio fijo, lo que facilitaba que se pudieran hacer muchas otras cosas que necesitaban mucho tiempo para hacerse, y a raíz de eso se contruyeron los primeros pueblos y ciudades...
Todos escuchaban como encantados aquella historia, hasta que saltó Lucía:

- ¿Y si aquello fue tan importante y mejoró todo tanto, por qué somos nómadas otra vez, don Ernesto?

Don Ernesto se quedó sin decir palabra. Lucía era una niña muy inteligente, conocía a su casa y a sus padres, y estaba seguro de que no eran nómadas; ¿qué querría decir?

- Todos nos hemos vuelto nómadas -siguió Lucía-. El otro día a las afueras de la ciudad estaban talando los bosques, hace poco vez un pescador me contó cómo pescaban; y con todos era lo mismo: cuando se acababa un bosque, se iban a otro, y cuando se acababan los peces en un sitio, cambiaban de lugar. Eso es lo que hacían los nómadas ¿no?

El maestro asintió pensativo con la cabeza. Realmente, Lucía tenía razón, y los hombres habíamos terminado por convertirnos en nómadas a la hora de conseguir muchas cosas. ¡Menudo atraso! en lugar de cuidar la tierra y sus recursos para seguir obteniéndolos en el futuro, ¡seguimos exprimiéndolos hasta que se acaban, y luego nos vamos!. El resto de la tarde estuvieron hablando sobre qué podían hacer para demostrar lo civilizados que eran...

Al día siguiente, todos fueron a clase llevando una camiseta verde con un mensaje que decía "¡Yo no soy un nómada!", y a partir de entonces, se dedicaron a demostrar a todos que no lo eran; cada vez que sabían que iban a necesitar algo, se preocupaban por asegurarse de que hubiera sido obtenido con cuidado y control: si querían madera o papel, se aseguraban de que fuera de árboles replantados, el pescado lo compraban en piscifactoría, vigilando que no fueran peces pequeñitos; sólo utilizaban productos de animales cuidados y alimentados en granjas... y así, desde su pequeña ciudad, aquellos niños consiguieron dejar de ser nómadas de nuevo, como habían hecho los hombres prehistóricos hacía miles de años.


La luna roja

Había una vez un pequeño planeta muy triste y gris. Sus habitantes no lo habían cuidado, y aunque tenían todos los inventos y naves espaciales del mundo, habían tirado tantas basuras y suciedad en el campo, que lo contaminaron todo, y ya no quedaban ni plantas ni animales.
Un día, caminando por su planeta, un niño encontró una pequeña flor roja en una cueva. Estaba muy enferma, a punto de morir, así que con mucho cuidado la recogió con su tierra y empezó a buscar un lugar donde pudiera cuidarla. Buscó y buscó por todo el planeta, pero estaba tan contaminado que no podría sobrevivir en ningún lugar. Entonces miró al cielo y vio la luna, y pensó que aquel sería un buen lugar para cuidar la planta.
Así que el niño se puso su traje de astronauta, subió a una nave espacial, y huyó con la planta hasta la luna. Lejos de tanta suciedad, la flor creció con los cuidados del niño, que la visitaba todos los días. Y tanto y tan bien la cuidó, que poco después germinaron más flores, y esas flores dieron lugar a otras, y en poco tiempo la luna entera estaba cubierta de flores.
Por eso de cuando en cuando, cuando las flores del niño se abren, durante algunos minutos la luna se tiñe de un rojo suave, y así nos recuerda que si no cuidamos la Tierra, llegará un día en que sólo haya flores en la luna.


La pizarra mágica

Iba una vez un niño caminando por un bosquecillo, cuando sobre un viejo arbol encontró una gran pizarra, con una caja de tizas de cuyas puntas salían brillantes chispas. El niño tomó una de las tizas y comenzó a dibujar: primero un árbol, luego un conejo, luego una flor...
Mágicamente, en cuanto terminaba cada figura, ésta cobraba vida saliendo de la pizarra, así que en un momento aquel lugar se conviertió en un estupendo bosque verde, lleno de animales que jugaban divertidos. Emocionado, el niño dibujó también a sus padres y hermanos disfrutando de un día de picnic, con sus bocadillos y chuletas, y dibujó también los papeles de plata y las latas de sardinas abandonadas en el suelo, como solían hacer.
Pero cuando los desperdicios cobraron vida, sucedió algo terrible: alrededor de cada papel y cada lata, el bosque iba enfermando y volviéndose de color gris, y el color gris comenzó a extenderse rápidamente a todo: al césped, a las flores, a los animales... El niño se dió cuenta de que todo aquello lo provocaban los desperdicios, así que corrió por el bosque con el borrador en la mano para borrarlos allá donde habían caido. Tuvo suerte, y como fue rápido y no dejó ni un sólo desperdicio, el bosque y sus animales pudieron recuperarse y jugaron juntos y divertidos el resto del día.

El niño no volvió a ver nunca más aquella pizarra, pero ahora, cada vez que va al campo con su familia, se acuerda de su aventura y es el primero en recoger todos los desperdicios, y en recordar a todos que cualquier cosa que dejen abandonada supondrá un gran daño para todos los animales