EAGLE MAN: EL VIEJO GUERRERO SIOUX
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Eagle Man, a pesar del cansancio de los años, sigue teniendo una profunda determinación en la mirada
Eagle Man nació en la reserva sioux de Pine Ridge, que actualmente sigue siendo una bolsa de pobreza en el corazón de los Estados Unidos. Y esa misma pobreza, esa marginación, esa opresión sobre su cultura por parte del gobierno y de los misioneros católicos, fueron las que le llevaron a él y a otros muchos jóvenes nativos americanos como él a buscar una salida de la reserva, de la pobreza y la marginación enrolándose como voluntarios en el ejército de los Estados Unidos.
Hasta las guerras de Iraq y Afganistán, los nativos americanos han sido el colectivo étnico que más voluntarios ha aportado, proporcionalmente, al ejército norteamericano. Su cultura del coraje y del servicio a su pueblo les llamó a estos cometidos, por paradójico que fuera servir en el mismo ejército que les masacró y esclavizó. Pero aún más les llamó la posibilidad de salir, de ese modo, del tercer mundo en el que habían sido recluidos.
Eagle Man se enroló así pues en los Marines, y combatió como cabo en la Guerra de Corea, para más tarde convertirse en piloto de combate en la Guerra de Vietnam. A los mandos del famoso Phantom F4, Eagle Man llevó a cabo 110 misiones de combate durante la guerra, siendo condecorado con 8 medallas del aire y dos Cruces al Valor, y siendo recomendado para la Cruz de Vuelo Distinguido.
Perteneciente a la misma tribu (la oglala) a la que perteneció el más famoso de los guerreros nativos americanos, Caballo Loco, Eagle Man no se arrepiente de su participación en estas dos guerras. Es más, se siente orgulloso de su pasado militar, que ostenta orgulloso con la gorra de veterano de ambas guerras que se encasqueta cuando sale a la calle. Eagle Man acepta su vida tal como ha sido, pero es muy consciente de que los caminos para un mundo mejor no pasan por las guerras, y también es consciente de todo el daño que los sucesivos gobiernos de su país han hecho en medio mundo con sus guerras por el poder, la supremacía y el petróleo.
Pero, cuando volvió de Vietnam, Eagle Man se involucró activamente en la lucha por los derechos de su pueblo, enfrentándose a las autoridades del gobierno y a los misioneros cristianos por recuperar la más sagrada de sus tradiciones, la Danza del Sol, que había estado prohibida en las reservas hasta que él y otros jóvenes, de la mano del famoso hombre-medicina Fools Crow(Cuervo Loco), se atrevieron a desafiarles, recuperando esta tradición y devolviéndole la vida a la cultura sioux.
Hasta en seis ocasiones fue honrado por su pueblo para participar en la Danza del Sol, y con ello estrechó aún más el contacto con sabios ancianos y hombres-medicina lakotas, como Cuervo Loco, Pluma de Águila y Ben Black Elk, el hijo del inmortal Alce Negro. Sería éste precisamente quien le diera su nombre de Eagle Man, Hombre Águila.
Con estos bien conocidos ancianos por mentores, Eagle Man se adentró en la profunda espiritualidad lakota, aprendió los rituales y las ceremonias tradicionales de su cultura y se convirtió en el sabio anciano que nosotros hemos tenido la suerte conocer.
Pero, a pesar de su edad, Eagle Man no ha dejado de ser un guerrero, si bien su manera de combatir es, ahora, no-violenta. Su guerra es actualmente, según su propia confesión, luchar por salvar la vida en la Tierra.
Y para ello transmite el mensaje y las ceremonias que heredó de Cuervo Loco y Pluma de Águila, herederos a su vez del legado de Alce Negro y su famosa visión de 1872. Un mensaje y unas tradiciones que pueden cambiar nuestra visión del mundo y llevarnos hacia una espiritualidad libre de dogmas y opresión, un espíritu capaz de respetar la Tierra y de mostrar una profunda reverencia y compasión por toda clase de vida.
Y Eagle Man le llama a este mensaje y a este espíritu La espiritualidad de la Madre Tierra, una manera de estar en el mundo que podría evitar el desastre ecológico hacia el cual nos encaminamos; un desastre que puede terminar con la humanidad.
En su combate en esta guerra a favor de la vida en la Tierra, Eagle Man ha escrito nueve libros (el más conocido de ellos, Mother Earth Spirituality, con 42 ediciones en Estados Unidos, y que pronto tendremos traducido al español), ha sido profesor de estudios medioambientales del Carleton College, en Minnesota, e incluso ha llegado a presentarse como candidato al senado de los Estados Unidos por el Partido Verde, en 2002.
Antes de partir, Eagle Man nos prometió volver de nuevo a España. Según él, su último viaje a nuestro país. “No me queda mucho. Pronto me habré ido”, nos decía serenamente en la terraza de un mesón en Requena, el pasado viernes. Mientras tanto, está escribiendo su décimo y, según él, último libro, un libro sobre la supervivencia de nuestro planeta.
Por nuestra parte, desearíamos que Eagle Man permaneciera con nosotros muchos años más. Un anciano guerrero como él, inmerso aún en su combate no-violento por la vida en la Tierra, es un poderoso ejemplo para todos, un modelo a seguir que no nos podemos permitir el lujo de perder. Al menos, no todavía.
Sea como sea, siempre nos consideraremos afortunados por haberle conocido, e intentaremos aprender de él todo cuanto podamos, mientras siga estando entre nosotros.
Wópila echiciye, ksápa wichastah cala.
Muchas gracias, sabio y anciano guerrero.
Grian-Proyecto Avalon – Iniciativa para una Cultura de Paz